

Migraña:
preguntas más comunes
Preguntas Frecuentes
Los síntomas pueden variar entre personas, pero los más comunes incluyen:
Dolor de cabeza pulsátil, generalmente en un lado de la cabeza (aunque puede cambiar de lado o presentarse en ambos).
Náuseas y/o vómitos.
Sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia).
Alteraciones visuales (como destellos, visión borrosa o aura).
Fatiga extrema y dificultad para concentrarse.
En algunos casos, síntomas neurológicos como hormigueo, entumecimiento o dificultades para hablar.
Fuentes
Lisicki M et al. Cephalalgia. 2021; Lampl C et al. J Headache Pain. 2016; Stovner LJ et al. J Headache Pain. 2022.
La migraña es una enfermedad neurológica compleja, influida por varios factores:
Alteraciones en la actividad cerebral y los neurotransmisores, como la serotonina.
Predisposición genética (antecedentes familiares).
Cambios hormonales y factores ambientales.
Fuentes
Sociedad Española de Neurología (SEN), 2020; Buse DC et al. Mayo Clin Proc. 2016.
Los desencadenantes pueden variar, pero los más frecuentes incluyen:
Estrés o ansiedad.
Cambios hormonales (especialmente en mujeres). .
Falta o exceso de sueño.
Ayuno prolongado.
Alimentos como alcohol, cafeína, embutidos o chocolate.
Exposición a luces brillantes, ruidos fuertes o cambios de clima.
Uso excesivo de pantallas.
Fuentes
Buse DC et al. J Headache Pain. 2020; GBD 2016 Headache Collaborators. Lancet Neurol. 2018.
Prevenirlas implica entender qué las desencadena y adoptar hábitos saludables:
Dormir bien y mantener una rutina regular.
Evitar ayunos prolongados y mantener una dieta equilibrada.
Reducir el estrés con técnicas de relajación o ejercicio.
Llevar un Diario de Migraña para reconocer patrones.
Evitar el uso excesivo de analgésicos.
Consultar con un profesional de la salud que evalúe si necesitás tratamiento preventivo.
Fuentes
SEN, 2020; Stovner LJ et al. J Headache Pain. 2022.
Una crisis de migraña puede durar entre 4 y 72 horas si no se trata.
Las fases suelen ser:
Pródromo: horas o días antes (fatiga, irritabilidad, cambios de humor).
Aura (en algunos casos): síntomas neurológicos como destellos o dificultad para hablar.
Ataque: dolor de cabeza, náuseas, fotofobia, fonofobia.
Posdromo: agotamiento, confusión o sensación de “resaca”.
Fuentes
SEN, 2020; Stovner LJ et al. J Headache Pain. 2022.
Siempre debe ser evaluado por un profesional de la salud.
Existen dos enfoques:
Tratamiento agudo (o abortivo):
Se aplica cuando la crisis ya comenzó.
Incluye antiinflamatorios, triptanes u otros fármacos específicos.
El objetivo es aliviar el dolor, náuseas y sensibilidad en menos de 2 horas.
Tratamiento preventivo:
Se indica en casos frecuentes o crónicos.
Incluye medicamentos neuromoduladores, bloqueadores beta o anticuerpos monoclonales.
Busca reducir la frecuencia y severidad de los ataques.
Fuentes
SEN, 2020; Vega et al. ISPOR 2024; Buse DC et al. Mayo Clin Proc. 2016.
Importante
Muchos tratamientos utilizados no fueron desarrollados originalmente para migraña y no están específicamente aprobados para esa indicación. Por eso, el acompañamiento médico es fundamental para garantizar eficacia y seguridad.
Sí, el estrés es uno de los desencadenantes más comunes.
Puede influir de dos maneras:
1. Durante un período prolongado de estrés.
2. Luego del estrés (“migraña de rebote”), cuando el cuerpo se relaja y se produce la crisis.
Fuentes
Buse DC et al. J Headache Pain. 2020; Serrano D et al. J Headache Pain. 2017.